OM TARE TUTARE TURE SOHA

domingo, 25 de febrero de 2007

¿Por qué?

A raíz de la aparición en los comentarios de este blog, sin pretenderlo, de una especie de debate, especie ya que no debate porque no sigue las reglas que lo definen, sobre la necesidad, supongo que artificial, de exponer a los ojos de los demás las opiniones particulares que se tienen acerca de las drogas , su consumo, experiencia con ellas y el mundo que las rodea, ha aparecido en mi la necesidad de dar a conocer mi opinión al respecto, entre otras cosas porque escribo acerca de ello y porque tristemente he adoptado un papel protagonista en ese mundo.

Al existir un puñado de sustancias en la naturaleza que alteran la conciencia del ser humano se ha creado todo un mundo alrededor de esas sustancias. No es solo actualmente, en este mundo del siglo XXI con el conocimiento no solo de las drogas naturales sino de esas otras que se han sintetizado en el laboratorio, aunque evidentemente salidas o creadas a partir de esas otras naturales que nacen en la tierra tal cual independientemente de la mano del hombre, sino que desde el principio de la historia se ha hablado de ellas y ha existido un fuerte debate a su alrededor. Hay muchas clasificaciones de las drogas, las dividimos de acuerdo a multitud de apartados, según su efecto, según su origen, según su legalidad, según su mecanismo de acción, según su destino dentro del organismo humano, según su precio, según su forma, color, sabor ….. Y más. No nos cansamos de dividirlas en un afán de conocerlas e incluso de llegar a dominarlas. Desde la más tierna infancia del ser humano en esta tierra, el hombre ha tratado con las drogas, las ha usado y ha creado todo un panteón de actitudes, pensamientos y ritos a su alrededor, unos más convincentes que otros, unos más usados a lo largo de la historia que otros, unos más efectivos que otros. Así ha sido a través del tiempo y en cada generación ha surgido un apartado dedicado a las drogas dentro del universo del ser humano. Y llegamos a la actualidad, a este tiempo del siglo XXI, con todo el bagaje anterior, con todo el conocimiento previo, mucho del cual se ha perdido y olvidado, pero siendo el actual también mucho.

La mente humana se siente cómoda cuando controla su medio ambiente, necesita controlarlo todo para sentirse segura y esta actitud se traslada al mundo de las drogas y es entonces cuando surge toda una galaxia de conocimiento que para manejarlo, usarlo, estudiarlo e informar a los demás se compartimentaliza, se define y se etiqueta, se hace para tener la sensación de que controlamos y dominamos a todo ese mundo de las drogas. Mucho más aún, sobre todo en la actualidad, se crean teorías acerca de su uso y de su legalidad, se vierten opiniones acerca de cualquier tema que afecte a ese mundo y surgen explicaciones muy elaboradas para, en definitiva, tranquilizar a la mente y que esta vea que todo esta en orden y bajo control.
Se llega a defender dichas teorías y conceptos hasta la paranoia, hasta el empleo de la violencia, se mata por defender la opinión que se tiene de cierta droga, de su uso, de su efecto y de su defensa o de su denostación. Se escribe sobre ellas, tratados, ensayos, formas de tomarla, poesía, novelas, ¿qué más? todo lo que usted quiera.

¿Puede haber algo más absurdo que todo esto?, al tratar de dominar el mundo de las drogas se crean todo tipo de ensayos, teorías, leyendas, ritos, etc. Tratamos de dominar su conocimiento por medio del “verbo”, es cierto que es la forma de comunicarnos que tenemos, pero no es válida para el mundo de las drogas, no hay palabras que puedan definir su efecto, uso y resultado. Y no lo hay por su naturaleza, las drogas o sustancias que entran dentro de esa categoría, pertenecen al mundo de la sensación o emoción, no al mundo de la razón.

Partiendo de lo que ya he dicho se puede, fácilmente, llegar a suponer que a través de la historia ha habido millones de personajes que han escrito sobre ellas, que las han usado y que, claro que sí, han sucumbido a su poder. De que me sirve a mi mencionar o escribir sobre todos esos personajes; “fulanito dijo esto” “menganito habló y explicó su experiencia acerca de esta droga” “el famosísimo zutanito en sus viajes vio, habló, tomó esta droga y lo explicó en este tratado” …. ¿es que yo doy la impresión en este blog de hablar sobre todo esto? ¿es que se me nota que acabo de leer este libro sobre la drogas y plagio lo que me conviene en este blog? ¿es que se ve que lo que pretendo es hacer una tesis sobre las drogas y explicarlo en este blog? ¿doy la impresión de ser un pedante hablando sobre drogas? . Es terriblemente fácil y sencillo hacer algo así, hablar de drogas citando a ciertos personajes, hablar de ellas adornándolo con citas, pasajes, historias y leyendas acerca de ellas, terriblemente fácil y sencillo ya digo, ¿y por qué?, pues porque esto de las drogas da mucho de sí y en cualquier librería o almoneda existen millares de libros acerca de ellas, solo hace falta leerse alguno o mejor aún copiar ciertos pasajes para hacernos creer que se tiene un conocimiento enciclopédico de ellas, que se tiene tal experiencia en su uso y abuso que no hay ser en la faz de la tierra que pueda llevarle la contraria.
Si, hay bastantes personajes que utilizan esta técnica, muchos desgraciadamente, y que pretenden hacernos creer lo que no son y lo que no conocen. Claro, hay personas que pueden llegar a creerse este teatro cómico o este engaño despiadado, personas inocentes por ignorantes que asombradas de la erudición del autor sucumben a sus malas artes . En este mundo llamado “blogocosa” existen tantos ejemplos que no son necesarios mencionarlos, para eso está “San Google” espejo en el que todos nos reflejamos y espejo en el que todos podemos llegar a vernos y a ver a estos personajes, hacerlo, investigarlo, merece la pena, se pasa un buen rato y se puede uno reír bastante.

Las drogas y su mundo, se puede decir taaanto de ellas, taaanto se puede escribir sobre ellas. Yo no pretendo hablar sobre drogas, primero porque no sé, segundo porque mejor que hablar sobre ellas es leer sobre ellas y tercero porque he llegado a una edad en la que todo eso ya lo hice (perdón por la pedantería), y como razón definitiva, yo no hablo de drogas yo hablo de la experiencia que tengo sobre ellas, una en concreto. Mi experiencia en la toma de otras drogas, que han sido un buen número de ellas, no la menciono, porque no viene al caso, porque cuando abrí este blog fue para algo determinado y concreto, para hablar de mi experiencia y sufrimiento con la heroína, ¿o debería decir con la dietilmorfina, sustancia descubierta en 1883 por .......?.
¿Qué significa escribir sobre la experiencia con la heroína? pues también hay millones de relatos sobre ello, de personajes muy famosos además, artistas, literatos, personajes que han dejado escrito su experiencia con esta droga en concreto para la posteridad y para que los leamos los demás y saquemos conclusiones si nuestra cabeza da para ello. Yo todos esos escritos que he leído en ninguno de ellos he visto el más mínimo ápice de comicidad o de alegría o de satisfacción, no en absoluto, todos ellos son desgarradoras historias tristes de adicción y consumo. Historias de travesías en desiertos llameantes de deseo, relatos de cadenas fuertemente atadas a la razón, de profundos pozos lúgubres de lisas y frías paredes, de llantos inconsolables, de dolor y desesperación. Unos descritos de forma bellísima y otros de manera tan real que se te trasmite el dolor a través de esas letras. No he leído ningún manuscrito, novela o poesía sobre ello que forzara la más leve sonrisa, ¿por qué? Pues porque si escribes sobre algo así, sobre esta adicción, trampa puesta por la vida, y eres sincero contigo y con el que te lee, no se puede ser capaz de engañarse a si mismo y lo que reflejas es el extremo dolor que estás padeciendo, no hay lugar para la risa ni siquiera para reírte de ti mismo, no hay lugar para el descanso.


Así es porque así se vive y padece, escribo sobre mi lucha contra la heroína, escribo relatos autocompasibles, anécdotas irrelevantes sin interés general, escribo pensamientos absurdos y patéticos, escribo peregrinos intentos de dejar la adicción que producen vergüenza ajena, escribo relatos con mala sintaxis, escribo sobre estúpidos esfuerzos por comprenderme, escribo historias ajenas que a nadie importan, escribo sobre momentos de absurda soledad bien merecida por ser incapaz de tomar ejemplo de vosotros, personas que no son adictas. Escribo sobre todo ello, son mis letras, nacidas de mis dedos y de mi mente, no doy para más, es poco, lo sé, es de lapidación merecida, lo sé, es de bofetón con ganas, lo sé, es, en definitiva, de “apaga y vamonos”. Pero a nadie obligo, es tan fácil pasar de largo, tan fácil de no abrir esta página, tan fácil de no leer nada de lo que está escrito en este blog, que quién proteste por lo que digo o juzgue lo que lee merece el doble de lo que se reserva para mi por escribir lo que escribo.
Seguiré intentando dejar mi adicción a la heroína y seguiré plasmándolo aquí en este blog, cuando llegue ese esperado momento en el que diga “si, lo he dejado, no tomo heroína desde hace….”, ese momento será cuando cierre este blog y me diga a mi mismo, “adiós estúpido ser que has perdido un tiempo precioso” y esos que se revuelven y les aparece prurito cuando leen mis letras descansarán en paz. Amén.

martes, 20 de febrero de 2007

Reflexión

¿Hasta que punto puede el ser humano llegar a despreciarse de tal forma que pueda llegar a morir, a destruirse?. Puede que llegue a ser un suicidio inconsciente. ¿puede la razón darse cuenta de lo que está ocurriendo?.
Miro a mi alrededor y veo a las personas llevar a cabo actos incomprensibles sin nada que los justifiquen o puede que con calma se puedan explicar pero a pesar de ello sin justificación. Todo el mundo tiene un punto de locura, si, bueno. La línea que separa la enfermedad de la normalidad es muy fina, una línea que separa lo que se considera normal o adecuado de lo que aparece como algo para echarse las manos a la cabeza, como algo que aparece como patología en los libros, como algo que asombra por su anormalidad, esa línea parece tan fina que a veces no se ve, tan delgada que en unos sitios puede parecer que existe mientras que en otros es inexistente. ¿Cómo es posible? ¿existe esa frontera o no existe?, ¿hay un límite entre lo normal y lo anormal?.
Voy por la calle y veo a un tío que va hablando solo en voz alta como si fuera acompañado de alguien invisible o saca su móvil y habla y habla con alguien que tampoco existe al otro lado de la línea. Veo a un adolescente que coge una espada y mata a sus padres, veo a una persona de más de 90 kilos dar un puñetazo a una chica de menos de 50 kilos, veo a un niño que grita insultos como cualquier camionero a un conductor inexperto. ¿me sorprendo? ¿me choca? Yo mismo no me reconozco en alguna ocasión que llego al límite por mi ceguera, más tarde recuerdo la escena o mi comportamiento y se produce un marasmo en mi mente; neuronas con un si luchan contra neuronas con un no, al final, muchas veces, cansado, agotado, dejo las conclusiones para otra ocasión, lo dejo sin resolver. Y llega el remordimiento, la culpabilidad, pero ¿y qué?. Angustias que se acumulan en mi pecho, problemas sin solucionar que se amontonan en mi alma, no puedo resolver este rompecabezas en que las piezas a pesar de ser conocidas y familiares no son capaces de casar entre ellas, no forman algo armónico.
Comportamientos que no comprendo, nadie comprende, impulsos que conducen a acciones sin sentido, peligrosas, asesinas, destructoras, odiosas, irracionales. Un flujo de acciones que corren desbordándose hasta el caos, me siento arrastrado al igual que esos que veo a mi lado en mis mismas condiciones, compartiendo destino. Desconocidos que me acompañan en esta locura, que nos acompañamos sin hacernos compañía.
¿Hasta que punto llega uno a despreciarse tanto que se desea la autodestrucción con ahínco y desesperadamente?. He visto a una chica de 37 años con una hija de 14 atravesar una autopista de noche, mirando al frente como si estuviera en el pasillo de su casa, la he visto destrozada por los golpes de los coches, arrastrada salvajemente. He visto a un chico de escasos 30 años acercarse a las vías del tren y cruzar intencionadamente precisamente y justo cuando un tren de acero a toda velocidad pasaba cruzándose en su camino, he visto su cabeza desnuda mostrando su cerebro. He visto a desheredados pinchándose el doble o triple de la dosis de heroína cansados, agotados de soportarse y no entenderse, he visto sus ojos perderse en sus órbitas, su boca abierta con la saliva que huye de su guarida, sus rígidos brazos, en uno de ellos la marca clavada de la muerte, su muerte. Pienso que como puede que exista un ángel de la guarda para cada uno de nosotros, así igualmente existe un ángel negro de la muerte para cada uno de nosotros también. La muerte es particular de cada uno de nosotros. Es mi muerte y es solo para mi, viene a mi y a por mi, no se descuida ni se despista con otros, yo soy su objetivo y es a mi a quien viene a saludarme y a conducirme allí, aquel lugar que nadie conoce aún.

Todo esto lo digo porque a pesar de saber que no es bueno lo que hago, a pesar de saber que es muerte, de saber que es destrucción y dolor, sigo y sigo, hay algo que dice;
-”no pares, qué más da, sigue”-
-”ya pronto llegará la meta, más, más”-
En el poblao, tres filas de casas adosadas, granates, la mayoría derribadas, dos calles paralelas y cuatro perpenticulares, pequeñas colinas de basura podrida rodea al conjunto de casas en algunas zonas, dos, tres contenedores llenos de más basura, hierros oxidados de obras abandonadas, barro, mucho barro. No hay aceras, en su lugar hay chabolos, entre las ruinas de dos casas un chabolo protegido por los cascotes y ladrillos de lo que fuera una casa. No hay farolas, no hay luz. La luz huye, escapa de las tinieblas haciendo que no puedas ver pero si ser visto. Aquí, entre ratas, basura y ruinas es donde puedes ver a esas personas que han dejado de serlo, es el hábitat de personajes que han abandonado toda esperanza de ser o de vivir. Son jóvenes, la mayoría, su piel no es blanca es gris, negra como mulatos, es suciedad de no lavarse por frío y porque no hay agua ni jabón, sus manos son ásperas y coráceas, duras de callos, el pelo es una mata de mechones pegajosos, las ropas no tienen color de lo desgastadas y rotas que están, caminan encorvados con las manos en los bolsillos, temblando y si te los cruzas te piden un cigarrillo o alguna moneda. Viven entre la basura y los ladrillos, juntan varios plásticos y mantas y se hacen un agujero donde se acuestan acurrucados a pasar las horas o a fumar “los chinos”. Su función, entre otras, es llevar los clientes a los chabolos de los gitanos a cambio de una “puntita” de heroína o de base de coca, su función es poner orden entre la clientela en la puerta de la casa de la gitana que les da su mínima dosis diaria, a las seis y media de la madrugada o a las doce de la noche. Hacen pequeños trabajos para sus amos; los gitanos, como buscar y traer leña, colocar Uralita en el techo de sus chabolos, hacer un brasero de metal con un bidón de gasolina, barrer la entrada de la casa, tirar la basura de la gitana en el medio del campo, ser martirizado por los chiquillos del poblao, ser mordido por los perros azuzados por los gitanos más mayores … Alguno muere allí mismo, no de repente, no, poco a poco va muriendo, enfermo de neumonía o de endocarditis, con fiebre contínua y yendo a buscar su dosis, día tras día, llueva o haga frío, cada vez más encorvado, más agotado, cada vez más anonadado por la suerte que le ha tocado vivir y así día tras día se agota hasta que una noche o una madrugada pinchándose la que sea su última dosis de veneno, muere, casi sin darse cuenta, sin oír la sirena de la ambulancia que sus “compañeros” han llamado pero tarde. Más tarde, al día siguiente será recordado para aseverar que ya estaba mal, que venía estando mal hacía ya un tiempo, para confirmar la causa de su muerte;
-”estaba mal del corazón”-
-”no, no creo que haya sido la heroína mala”-
Son jóvenes pero todos parecen mucho más mayores, con arrugas prematuras y los ojos hundidos dentro de sus ojeras, todos son mucho más mayores de lo que realmente son, sobre todo las chicas, de 21 y 26 años parecen casi del final de los 30. ¿Y qué hace que la persona humana se destruya hasta este punto?. Ya no hay nada que importe ni siquiera la misma muerte. Todos están cubiertos de un halo de valor hacia lo inevitable, ya nada hay que los pare, son como los “kamikaces” de la segunda guerra mundial, llenos de valor y orgullo, conocedores de una meta que cumplir; La Muerte.

¿Hasta que punto puede llegar el ser humano en su afán de destrucción que incluso le sirva su propia vida? Puede que incluso ese que diga que a él no le pasará, le pase. Puede que de alguna otra manera, puede que no reconozca su propia autodestrucción, puede que ni siquiera quiera darse cuenta. Puede que incluso el que diga que está preparado para luchar contra este mal, esté a punto de caer en las tierras movedizas que le atraparan sin posibilidad de salir de ellas, como esos que yo he visto, como yo mismo.

NOTA: Y después muestran en la TV ¿a quien se lo enseñaran? Personajes irreconocibles como drogadictos, adictos. Personas recién salidas de la ópera, de la oficina, bien vestidas y en decorados sórdidos y sucios, ¿qué quieren decir? ¿a quien se lo quieren decir?. No para de engañarse a si mismo el ser humano, cada vez que se cree más racional, más se engaña. ¡Bah! Olvida esto.

lunes, 12 de febrero de 2007

Aniversario

Fiesta, concierto, más fiesta, salida nocturna, club de moda y living la vida.
Gente guapa, famosos, mucho dinero, ocio, gente exclusiva y de marca. ¿Donde? en Los Angeles, en LA, más concretamente en Hollywood bulevar, Santa Mónica y alrededores...
La vida es ocio y dinero, la vida muelle, el "dolce far niente", la vida es ojos en blanco, mente vacía, nariz ocupada, bolsillo lleno, la vida es una tarjeta oro de "American Express", la vida es el sueño americano, la vida es que te vean y no ver o quizás mirar pero poco y sin que se note, la noche es para epatar, ir de fiesta, conocer y ser conocido, dejarse fotografiar, salir al lado de "aquel" o de "ese", esta permitido desfasar pero sin mal gusto, desfasar con glamour, sin estridencias, brillantemente, de manera original, que se note que no se es corriente ni vulgar (el Sr.”Nada Importa”sabe de lo que hablo).
Recordar; no se es nadie si no se sale en las fotos de la fiesta, del concierto, de la reunión, hay que ir a la "Bar-b-q" , dispuesto para cualquier originalidad a cualquier hora, cualquier día, hay tiempo, se tiene tiempo .....
Esto es"The Cobra Snake Club", lo más in, fashion, lo más de lo más, en LA (Hollywood). el club de la gente guapa, el club donde celebro los dos años de estúpidos escritos, dos años de vómitos de letras indigestas, dos años de blog Heroína, esta es vuestra invitación, mi invitación. Venid, venid hijos de la ira, lectores de finde semana, escritores de pluma al viento. No faltéis o no se os tendrá en cuenta.....



... "primun inter pares", pieza codiciada de los "cool hunters". Ella tiene clase, lo tiene todo. Pero mira no es guapa y por el contrario nada tiene especial, solo se sabe que ella es la reina,15 años tiene la reina, se llama Cory Kenedy.



Dos años son setecientos treinta días y ciento noventaicinco artículos, muchas horas, antes 
llenas de recuerdos ahora todos ellos abandonados en la virtualidad del blog. No existe 
parecido entre lo vivido y lo escrito o lo contado, no se ven las marcas que se adquieren en la lucha cotidiana, quedan ocultas en el profundo pozo de la memoria. La superficie es lisa y brillante sin arrúgas, ¿acaso no es para estar cansado?, no sé, emborrachémonos y después ya veremos.

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