Escaparates

Una vez que el "Homo Sapiens" dejó de ser cazador-recolector y entro en la esfera de la agricultura y se hizo sedentario. Las ciudades comenzaron su andadura. Poco a poco empezaron a crecer, surgieron construcciones al principio frágiles con el tiempo sólidas, edificios.

Edificios donde la gente habita, vive, duerme, come, se ducha y conversa o pelea con sus congéneres. No siempre el ser humano vive en el interior de los edificios, también sale a la calle, de caza, al trabajo.
Cuando sales a la calle, paseas por las aceras, entre árboles y paisanos como yo, y te das cuenta de la existencia de un elemento muy curioso que también forma parte de esos árboles, paisanos. "El Escaparate" habitante de las aceras, de las calles, de las ciudades.

"El escaparate", por lo general son grandes superficies acristaladas donde se expone la mercancía que se quiere vender. Estos escaparates tienen una correlación muy directa con la persona humana. Obviando lo evidente, que el escaparate esta ideado, creado y construido por humanos, la relación existente entre el escaparate y el ser humano es que también el ser humano cuenta con, tiene un, gran escaparate dentro de si mismo, en su persona, en su "mismidad".

La gente tiene necesidad de relacionarse con otra gente, "Yo no soy yo sin el otro", "El yo tiene su sentido en función del otro", no es que esto lo diga yo, no, esto ya lo decía en el siglo pasado el famoso antipsiquiatra Dr. Laing. Además es algo tan evidente que ya lo pudo haber dicho "perico el de los palotes".
El caso es que yo, la gente,y el otro, siempre estamos relacionándonos, así que siempre estamos vendiendo nuestra mercancía, siempre estamos preocupados por exponer nuestros productos ante los demás. Nuestros escaparates van con nosotros, solo el hecho de estar enfrente de otro ser humano es suficiente para decir "mira todo lo que tengo expuesto en mi escaparate", "mira que bonito es esto y mira que barato es aquello".

Los productos expuestos, mostrados en nuestros escaparates son nuestros pensamientos, ideas, ilusiones, sugerencias,...nuestra personalidad, nuestro caracter, nuestra "alma". Nos preocupamos de exponerlo bonito, con arte, con originalidad, nos preocupa que no quede bien, que todo tenga su sentido, que todo conjunte, que nada desentone, que nada distorsione.
Existen escaparates perfectamente elaborados, escaparates que lleva mucho tiempo y trabajo el colocarlos. Los hay que llevan toda una vida de desvelos y preocupación en, por, su elaboración.

Es curioso ver el trasfondo del escaparate, el background, en ese lugar esta el alma del ser humano, es donde los artículos están desordenados y almacenados, lo que hay y lo que falta. Pero en el escaparate está todo bien puesto, incluso hay cosas que no están pero que se sugieren con otras. Es todo un arte el de fabricar, presentar y acomodar nuestro escaparate diario, todos los días será visto por multitud de "otros", de personas.

Y aqui viene la sorpresa, aquí está la maldición, es la ansiedad por aparentar lo que no se es, Es la enfermedad de querer mostrar algo que no se tiene. Es decir mediante las herramientas que posee el ser humano, la palabra, la conciencia, los actos, las ideas...., algo que no existe en la realidad.
Estamos siempre, maldita sea!!, siempre, tratando de aparentar, de decir, de engañar...es algo inconsciente, no nos damos cuenta, está tan arraigado en nosotros que siempre negaremos y justificaremos que no es así, que yo, yo soy siempre sincero.
Es muy curioso ver a las personas tratar de engañar a su semejante. Cualquier excusa es válida para engañar.

Mostramos falacias, mostramos irrealidades, decimos; "mira, mira esto", "¿que te parece?, es bonito,¿verdad?". Nuestra bandera; "La Hipocresía", nuestra patria; "El Engaño".
Si, lo digo porque me encuentro diariamente con ejemplos de lo que hablo, si, si, deja de engañarme!!, quiero dejar de engañarme, incluso, a mi mismo.