OM TARE TUTARE TURE SOHA

martes, 24 de mayo de 2005

El concepto

Puede parecer que existe la idea de que las drogas es cosa de la juventud, de los adolescentes. Quizás se tenga ese concepto, drogas=juventud, es en esa etapa de la vida cuando se prueban por lo general pero ya se ve que no es así. Es lo que tiene la droga que no va dirigida a una determinada población, como se dice de forma cursi en los periódicos; no es privativa de un segmento concreto de la población.
La droga afecta a todo el mundo, creo que incluso hay poca gente que no se drogue con algo. Si conceptualizamos como droga una sustancia que se consume con cierta frecuencia que uno puede llegar a aficionarse tanto que posiblemente se cree una adicción y que cause algún tipo de alteración psíquica, pues tenemos ciertamente un montón de cosas que se podrían considerar drogas, dizque la reina de las drogas el alcohol de la que poca gente se libra de ella. Café, coca cola, sacarina, compras en rebajas, tabaco, enamorarse, bañarse, son ejemplos de ellas.

En una ocasión La Brigada de Estupefacientes, ya desaparecida, me cogió por banda, y uno de sus componentes (el poli malo) me llegó a decir que por una "china", un trozo mínimo de hachis, podría hundirme la vida y sin embargo;
-"yo puedo emborracharme todos los días y no pasa nada"-
Esta es la demostración de la doble moral hipócrita por la que se rige la sociedad, sin saber muy bien por qué ni cómo unas drogas se eligen para prohibirse y otras se consienten no existiendo diferencias entre ellas, ¿Cuáles son los criterios por los que se rigen para hacer eso? ¿los hay?.
Desde la edad de piedra la sociedad se droga, hay mogollon de ejemplos escritos, comentados, documentados, fosilizados que así lo demuestra. Cada cultura tiene su droga. Que fascinación produce los hongos alucinógenos de la cultura india Yaqui (Mexico sobre todo), que éxito el de Carlos Castaneda con su "Don Juan", tooodo el mundo quería probar el peyote, la datura, el mescalito. Qué misterio se cierne sobre el “Soma” de los hindúes, qué pasión nace con la ayahuasca del Amazonas, qué idealización se ha formado en torno a la absenta de los pintores, escritores y `poetas de principios del siglo pasado. Hay muchos ejemplos.

Hay drogas que no son sustancias, como ya he apuntado más arriba, que son procesos mentales fabricados por uno mismo, como el enamoramiento, como el odio, como la rabia...son drogas más peligrosas que la heroína. Bueno, no sé pero me lo parece.

A lo que voy es que se conceptualiza la droga de una forma errónea. Se aplican clichés falsos o por lo menos que no se ajustan a lo que debería ser un concepto más exacto, más real o más definitivo de la droga. ¿Por qué el heroinómano es un desastrado impresentable mierdoso y pingajo humano y sin embargo el alcohólico un pobre hombre que tiene un problema? o ¿Por qué le hace a uno gracia el tipo que se toma 30 cafés y no lo llama drogadicto de mierda?.
Puede que un ama de casa no pueda pasar sin ver "salsa rosa" y todos sus familiares la miren condescendientemente y comenten con naturalidad su “adicción”, así, sin más.

¿Por qué se piensa de acuerdo a unos parámetros ya establecidos?, ¿quien establece lo que es normal y lo que no?. Todos tenemos nuestra opinión y estamos muy orgullosos y celosos de ella pero si me paro a pensar con más detenimiento me doy cuenta de que esa opinión es estándar, es una opinión establecida y general, está grabada a fuego en mi mente, pareciera que soy un maldito vago que en vez de crearme una opinión con esfuerzo, pensando, analizando, la creo a partir de una corriente generalizada, así sin más trabajo por mi parte. Lo veo en los demás también, lo veo en mi también.
¿Quién la establece? ¿quién la graba?. La sociedad arrastra todo intento de salir a flote, todo intento de destacar, anula al diferente, lo margina, lo estigmatiza, lo destierra. No se acepta la genialidad, lo diferente. En la cuestión de las drogas es muy evidente..
En las sociedades primitivas se asesina al niño que es diferente, es cierto sale en los documentales de la TV, en la nuestra también de otra forma más “civilizada” pero también se asesina al “diferente”.

La gente con la que trato, con la que trabajo, con la que me relaciono nunca pensaría que soy un mierda de toxicómano, un puto jonky. Yo nunca pensaría de ellos, o por lo menos tendría que hacer un gran esfuerzo, que son unas buenas personas.

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