El negocio
Hay una realidad, una cuestión, un hecho, una constatación, en conclusión existe una situación que me tiene sorprendido. Es una realidad que no puedo explicarme por mucho que lo pienso. ¿Cual es?
En Madrid, por decir una ciudad, pero en otros muchos sitios pasa lo mismo, siempre, siempre, y cuando digo siempre es siempre, hay, existe, puedes conseguir heroina. Nunca falta. Siempre hay. Me acuerdo que ha habido épocas de menor facilidad en lograrla, pero momentos en los que no hubiera, no se consiguiera o faltase, no, no recuerdo ningún día en que no pudieras cazar una "papelina" de heroina.
Es cierto que Madrid está en un cruce de caminos, está en la ruta de Europa y en la ruta de América, aquí viene y va la heroina como Pedro por su casa. La heroina principalmente viene de Turquia, en Madrid y más concretamente en España están instaladas varias bandas, varios cárteles de la droga, y viven bien, "a tutti plen", con sol y connivencia policial. La heroina Turca es marrón clara, antes era muy buena y pura, ya no. Llega a espuertas, en cantidades sorprendentes, llega de todos los lados, por todos los medios, transportada por variados "camellos"; ricos, desastrados, mandados, particulares, contratados, inocentes...y empaquetada también de diversas maneras, desde la más sofisticada; en figuras o dentro de las más increibles cosas hasta empaquetada en fardos sin ninguna precaución por disimular.
Un Turco discapacitado, era, bueno es, cojo, era el "capo" aqui en España, creo que lo sigue siendo.
También viene de Afganistan, la guerra del Afganistan fué un inconveniente para la distribución de la heroina en Europa. Yo creo que la gente protestó contra la guerra por esto y no por pacifismo. ¿es qué alguien puede ser pacifista a estas alturas de la historia de la humanidad?, no, creo que no.
La heroina de Afganistan es mejor que la Turca, es más pura, más blanca, de mejor calidad. En Afganistan todo agricultor que se precie tiene un campito con amapolas. Da mucho dinero, es facil y barato de cultivar, y la recogida, aunque laboriosa, puede hacerse por pocas personas. Se vende en el mercado como si fueran patatas, se vende en forma de pasta oscura, pringosa, pegajosa, muy olorosa, es el opio, el afamado opio. Otro día contaré la historia del opio, los chinos y el Imperio Británico, que tiene mucha enjundia.
Me voy por lo cerros de Ubeda, quiero exponer el hecho de que nunca falta heroina en Madrid, no se a que se debe esto. Se supone que hay miles, puede que cientos de miles de consumidores en toda España, y la heroina nunca falta. Es curioso!. Pienso que debe haber una legión, un ejercito de personas que se dedican a traer, distribuir heroina. Pienso que debe ser como una industria en la que hay tal número de trabajadores, tal y tal presupuesto, tales ganancias...en fin!! como cuando se oye en la radio la información económica, esto debe ser lo mismo solo que clandestino.
Además es tal la ganancia que creo, bueno casi, casi estoy seguro, de que todo el mundo participa, políticos, policias, empresarios....
¿Alguien hace algo?, todo el mundo habla pero nadie, nadie hace nada. Todo el mundo, absolutamente todo el mundo mira para otro lado y silva.
Mientras, los drogadictos, definidos como personas como tu, como yo, como nuestros padres, nuestra novia, nuestros hermanos, nuestros amigos, personas al fin y al cabo, pagan las consecuencias. Asumen el peso del efecto de la heroina. Se mueren. Viven una vida sin vida. Me extraña ese personaje cuadrapléjico que se suicidó. Conozco y veo gente en peores condiciones de existencia. Toda esa multitud de consumidores abandonados a su suerte por una sociedad hipócrita hasta la saciedad, insolidaria hasta la náusea, equivocada hasta la desesperación, esta sociedad solo habla de la moral artificial, de la que interesa para mandar y legislar. Predica una moral que no sirve, que perjudica.
Aun me queda la capacidad de sorprenderme por la cantidad de heroina que debe circular por el mundo, por España, por Madrid, por los poblados gitanos y de la falta de escrúpulos de esta sociedad. Solo se dedican a maldecir a los que consumen una sustancia determinada, marginados por consumir algo que no se porque se dijo que era malo. Una sustancia como el tabaco, el alcohol, la teina, los porros, el optalidon, las pastillas farmaceúticas...estas no marginan, porque lo digo yo, sin embargo la heroina es de delíncuentes. Debemos castigarlos. El negocio debe continuar, sin embargo.
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