OM TARE TUTARE TURE SOHA

martes, 29 de agosto de 2006

Algo soñado

Observo a las personas, veo la gente pasar, la oigo hablar, siempre me llama la atención el hecho de que casi nunca escuchamos al que nos habla, parece como si mientras nos hablan estuviéramos pensando que contestar o lo que vamos a decir, veo que escuchamos a nuestra cabeza y no al que tenemos enfrente.
Siempre estamos ideando cosas, parece que el no hacer nada es aburrido, siempre queremos escapar de nuestra propia situación de nuestro propio lugar en el mundo. Hablo en plural porque no solo lo veo en mi, también lo veo en los demás. Siempre estamos quejándonos de que las parejas no funcionan, de que estamos solos, de que los hijos no nos comprenden, de que los padres ni siquiera parecen familia nuestra… Me refiero a que vemos el mundo, evidentemente, con nuestros propios ojos, digo que cada uno de nosotros es un individuo, alguien que parece que está fortificado alrededor suyo como esas ciudades de la edad media con sus murallas. No permitimos que nos asalten ni siquiera que entren en nuestro mundo por las puertas que tenemos, que por otro lado siempre parece que están cerradas. Incluso parece que es lógico y obvio que hagamos esto. Defendemos nuestra individualidad, nuestra propiedad, nuestro ego, lo que somos, lo que creemos que somos, porque todo son pensamientos elaborados y repetidos mil veces por nuestra propia mente.


Hay veces que imaginamos que podemos entender a esa persona que nos habla o que está a nuestro lado, a esa persona que no conocemos y que leemos esas cosas que escribe. Imaginamos que entendemos lo que quiere decir y que comprendemos su dolor de alma expresado por letras, actos o palabras. Hay veces que pensamos que podríamos ayudar a quien fuese, que nos comeríamos el mundo, que tenemos la solución para ese problema del prójimo. Llegamos a convencernos de que mediante nuestros actos, palabras o pensamientos estamos ayudando a una persona que realmente no sabemos nada de ella, aunque sea nuestro novio o novia, amigo o amiga, padre o madre, hermano o primo. No sabemos que está pasando por su cabeza y aunque escuchemos sus palabras, esas no se corresponden con el sentimiento del que las dice, porque palabra y sentimiento son dos cosas diferentes.
¿Cómo podemos llegar a pensar que podemos entender o ayudar a alguien si ni siquiera podemos con nosotros mismos?

Y así, como dice Mariana en un comentario que me ha puesto en uno de mis post; “¿Auxilio?, ¿cómo se puede pedir auxilio a alguien? cuando solo eres tu mismo el que puede auxiliarse”
Así es, solo uno mismo es capaz de cambiar el mundo, desde uno mismo se es capaz de ver el mundo y a los demás de la forma correcta. Es algo que está en mi y desde dentro de mi es posible verlo.

Pero, ¿es que no me doy cuenta de que no puedo hacer nada por alguien salvo el que yo mismo cambie y así poder ayudar de manera efectiva a ese que quiero ayudar solo con mi pensamiento y compasión mal entendida?.
¡Ya vale! Voy a pensar un poco en lo que escribo.

domingo, 6 de agosto de 2006

Voy a pillar

El poblao gitano esta lejos hay que salir de la ciudad meterse en la autopista de circunvalación, salirse, atravesar un extenso parque salvaje de pinos, encinas y jara, a veces se cruza un ciervo pero por lo general están lejos, bajar vaguadas, subir colinas, dar curvas cerradas y ya, al final, después de haberte dado tiempo a pensar mucho, llegas al infierno. Sales de la carretera secundaria y entras en una mal asfaltada y llena de socavones que forman verdaderos lagos cuando llueve, se acaba esa corta mal llamada carretera y llegas a los barracones, unos destruidos tirados por las grúas, echo escombros en lo que antes hubo una casa, son casas que han tirado porque sus inquilinos ya tienen un buen piso en otro barrio periférico, un piso de tres habitaciones con todo, incluso con el metro a la puerta.
Son gitanos, hay que integrarles en la sociedad, ellos la rompen con su heroína , los políticos miran a otro lado y dicen que hay que integrarles. Nunca un gitano se integrara en la sociedad que parasita. Así ha sido siempre, desde que emigraron de, se supone, el norte de la India, cerca de Pakistán, por ahí, por aquellos extremos. Son gente nómada, nunca podrán vivir como nosotros, van haciendo camino, no paran nunca, forman sus guetos, forman sus tribus, nunca forman parte de algo. Todo el mundo sabe eso y es extraño nadie hace nada, todos lo olvidamos en cuanto nos hacen recordarlo. Somos seres contradictorios, seres raros y caprichosos.

Ya digo, hay tiempo para pensar según vas llegando al poblao, piensas en el porque de tu excursión, en cuando tendrás la suficiente voluntad para no hacer más ese camino. Ves un árbol y otro, pasan rápido y suenan cuando los dejas atrás …¡¡zum,.zum,.zum,.zum!!
A veces o casi siempre me embarga la melancolía y pienso en como era antes, en mi libertad y mi alegría. Pienso en mi inocencia a estas alturas ya mancillada, pienso en muchas cosas, da tiempo.
Cuando llego y salto del coche y camino por esas calles que ni son calles ni son nada, llenas de suciedad, escombros y piscinas redondas de plástico donde se bañan los churumbeles, ese calor asfixiante de agosto castellano y mi sudor me hace cosquillas en las sienes, voy pensando también, aquí pienso en la suerte que tengo de haber nacido donde lo he hecho ¿qué era lo que nos hace nacer en un sitio o en otro?, pienso en llegar cuanto antes y alejarme de este estercolero. Cuando subo los tres escalones de la casa de la gitanilla no me da para pensar, ya que mi vista me lo impide, veo a los niños de tres y dos años rebozándose literalmente entre la suciedad de la casa. No hay duchas en el poblao. Todo lo miro y lo que veo hace que enmudezca mi cerebro.

Cuando salgo de alli tengu otro talante, en mi mano esta el anestésico y eso hace que me embargue otro talante. Subo al coche y me alejo a todo lo que da el pisar a fondo el acelerador, saltando las piedras a los lados del coche, rugiendo el motor casi explotando.
Allá voy, la mente en blanco, ahora si, ahora no me vienen pensamientos. Paro en un barrio de edificios en construcción, un barrio de esos que hacen millonarios a los constructores y a los alcaldes, un barrio fantasma de edificios hechos en tiempo record, entre un bosque de grúas altas como nubes. Ahí paro, de testigos ventanas vacías, azoteas desiertas, portales sin portero, todo como en el viejo oeste de las películas, solo falta la bola de arbusto rodando con un silbante viento…y ¿música de Enrio Morricone?.
Lo preparo todo, la plata, el canuto, el mechero…todo, mis manos torpes hacen que me ponga más nervioso aún. Ya todo listo, respiro hondo y fumo. Y ahora si que pienso, ahora es cuando empiezo a pensar de verdad, como ese minero que orada las entrañas de la tierra dejando un profundo hueco, así hacen mis pensamientos en mi ser, con rapidez pasmosa se crean galerías y más galerías en mi ser de pensamientos, pensamientos huecos sin sentido, que no valen nada. eso es la heroína y su salida a buscarla, pensamientos sin sentido improductivos. Muerte en vida, paradoja de mi existencia. ¡Auxilio!

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