OM TARE TUTARE TURE SOHA

miércoles, 3 de mayo de 2006

Un mono

Son unas 12 horas, el último chino que fumo se distancia de los primeros efectos unas 12 horas. Empiezo a sentir vahídos, estoy normal ligeramente cansado y de repente una sensación de mareo sin movimiento junto con un escalofrio que recorre mi cuerpo aparece, segundos y se va, vuelve la pseudonormalidad, pasan unos minutos y vuelvo a sentirlo, a veces dos o tres seguidos. Esta situación dura más o menos tiempo y se va agravando poco a poco pero así puedo mantenerme hasta la hora de irme a la cama, el moqueo continuo y la tos seca ya han aparecido. Han pasado casi 24 horas, no llega. Por la noche, quizás, duerma algo, en la cama la sensación de incomodidad es manifiesta, no es debido a nada en concreto, es simplemente incomodidad, vahídos y molestias varias junto con un cierto desasosiego. Uno de los efectos más molestos durante la noche, entre un duerme-no duerme, es la sequedad de la garganta, se forma una especie de incómoda mucosidad en la pared de la garganta, que no me deja respirar y tengo que estar carraspeando continuamente. Si me quedo dormido me despierta la asfixia que me produce esa mucosidad, son segundos en los que no puedo respirar, despertándome de repente, como cuando te meten la cabeza en el agua y tienes que sacarla con un brusco movimiento porque ya no puedes aguantar más la respiración, y tengo que carraspear con fuerza para que se despegue de mi garganta, es tremendamente incómodo y asfixiante. A lo largo de la noche puedo estar varias veces en esta situación, unas veces puedo descansar algo otras no. Lo peor viene por la mañana, ya han pasado más de 24 horas o quizás falte poco para 48 horas, es entonces cuando se desencadena la gran tormenta, todo lo que ha pasado hasta este momento han sido los prolegómenos, ahora es cuando empiezo a vomitar compulsivamente, al principio restos de comida del día anterior, todo lo vomito, todo. Los vómitos son casi continuos, están separados en periodos de unos 20-40 minutos, una vez que tengo el estómago vacio empiezan las bilis, vómitos fuertes sin contenido en los que se expulsa un líquido amarillo, la bilis. Las náuseas estrujan mi estómago con dolor intenso y terminan en vómitos biliosos, a veces son solo náuseas estrujantes. Pasadas varias horas, un día o más, de vómitos continuos que junto con las deposiciones que también son "en escopetazo", repentinas, masivas, incontinentes minan mis fuerzas hasta agotarlas. Lo dicho, pasadas varias horas de 24 a 35 de vómitos y deposiciones salvajes empiezo a estar deshidratado y trato de beber algo, mazanilla, agua, aquarius, algo, no porque piense que me estoy deshidratando y tengo que beber, no, lo hago porque me entra una sed terrible, una sensación de querer beber a toda costa, lo que sea, fresco, tiene que ser líquido fresco. Pero ¿qué pasa?, pues que cualquier cosa líquida que penetre en mi cuerpo es expulsada con cajas destempladas, sin contemplaciones al exterior, todo lo vomito, a estas alturas vomito a chorros todo o cualquier líquido que previamente haya tomado. Todo este cortejo de síntomas se acompaña de un profundo malestar físico, un cansancio ontológico, de una dejadez de "ser" total, un no saber como estar o ponerse o colocarse, por lo general estoy en la cama, pero cualquier sitio en el que este es insoportable. Es una quemazón e inquietud general que me atonta intelectualmente, lo físico se apodera de toda la razón de toda mi intelectualidad.
Así puedo pasar de 48 a 72 horas, de dos días a tres días y un poco. Los sudores son abundantes y el mal humor es marca de la casa. Una vez que mi cuerpo está absolutamente derrotado, aniquilado por el esfuerzo de vomitar, de cagar, de estar asfixiado por mucosidades...todas mis fuerzas han desaparecido, me encuentro absolutamente deshidratado, no puedo levantarme de la cama, el peso de mi cuerpo los movimientos de mis miembros son empresas imposibles para mí. Postrado en la cama, me entra necesidad de levantarme y lo hago, mareado como un mono paseo sin fuerzas, cambio de sitio y postura por necesidad, no por ganas.
Ya han pasado más de tres días, todo lo contado va desapareciendo y toma su lugar una laxitud muscular que me asemeja a un muñeco de trapo. Es tal el cansancio que ahora que puedo hablar, hasta ahora no podía articular palabra por los vómitos, la asfixia.... bien pues ahora que puedo hacerlo, no soy capaz de hablar, me cuesta mover la mandíbula, no puedo hacer nada, cualquier movimiento es para mi un arduo esfuerzo que me agota a la primera. Poco a Poco va terminando la tormenta, las aguas vuelven a su cauce y las nubes se van retirando, pero no todo el mal tiempo acaba, el tiempo infernal persiste, los tres días siguientes serán de indiferencia y falta de interés por todo, todo lo que significa vida no tiene sentido para mí, no hay nada que llame mi atención, es un estado semicatatónico al que se suma una debilidad mayúscula, permanezco todo el día sentado, mi cerebro no traduce nada, mi mente está centrada en mi dolor, me duele hasta el alma, me siento incómodo a más no poder, agotado físicamente, exhausto.
Han pasado unos 4 o 5 días y es ahora cuando comienza la segunda parte de "Un mono" que dura aproximadamente unas dos semanas más, esta segunda fase la dejaré para otra ocasión, el haber contado la primera me ha dejado agotado. Pasar Un Mono es pasar un infierno, sé que es necesario y sé que es mi precio, el saberlo hace que me retrase en pagarlo, aún así y todo no solo consiste en pasar este infierno, después viene otro, aún más doloroso, pero de un dolor más sutil no tan físico. Lo que sigue a esto es la realidad desnuda, la vida "a pelo" y eso es tan doloroso.

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