Las cuatro de la madrugada
Son las cuatro de la madrugada, estoy delante de la pantalla en blanco de mi ordenador y me ha entrado una urgencia de llenarla de letras.... ¿qué puede ser tan importante para que de repente me entre urgencia de escribir?…. no, no es nada importante en realidad. Lo único importante de verdad, lo que parece que cuenta son solamente mis cosas eso es lo verdaderamente importante para todo el mundo, las cosas propias. Las personas piensan que hay cosas que merecen la pena y que son realmente importantes, esas cosas importantes son siempre sus cosas. Lo que importa son mis cosas. Oigo que unos llaman egoístas a otros y que les reprochan su comportamiento, veo a gente que mira mal a su prójimo y recrimina sus actos , me llegan voces que dicen lo malas que son las personas y gritos que hablan de lo que no se debe hacer y de lo que esta mal. Veo personas con buena voluntad que intentan cambiar a los que están a su lado, que se desesperan al ver lo mal que hacen las cosas, hay otros que les sorprendo con cara de compasión, pensando... “pobre hombre, que desgracia tiene”. Pero no observo que hagan algo para ayudar a ese pobre hombre, puede que ni siquiera les oiga decir una frase de aliento a ese pobre hombre. No tengo que ir muy lejos para ver a gente sobresaltada y tensa, con los nervios de punta….¿por el curso de su vida?, ¡no que va!, están así porque no comprenden a los demás, no se comprenden ni ellos mismos y solo les queda distraerse fijándose en otros y compadeciéndose de las miserias de otros, de los que tienen al lado.
No, no me quejo, no trato de poner en evidencia a esas personas, en el fondo somos todos iguales y todos somos quienes hacemos eso. Es duro comprobar que casi todo el mundo que me rodea que conozco, hasta yo mismo, se fijan y me fijo y piensan y pienso más en las miserias ajenas que en las suyas propias que en las mias, quizás sea más fácil ver lo que esta mal en él que tienes al lado que en uno mismo. Fijarme en mi y ver esas cosas que odio es más doloroso que mirar hacia fuera y ver la lucha de los demás, es más llevadero, se comprende mejor el agobio del que esta enfrente que el propio.
Me he ido del tema que quería escribir, no era esto exactamente lo que quería escribir, se parece pero no era esto, se me fue el santo al cielo ... estaba diciendo que de repente he sentido la necesidad de escribir para decir lo siguiente; Soy un jonky porque fumo heroína, la fumo en menor cantidad que hace 4 meses, y si se puede hablar de más o menos cantidad porque tiene su importancia, ahora es menos y tengo que decirlo porque me costó mucho el llegar a este punto, ahora son solo unas caladas de ese humo que sale de la plata, 5, 6, máximo 7 caladas, 7 veces que entra el humo en mis pulmones al cabo del día, para mi es muy importante esto para otro no lo es porque se hace difícil entenderlo, claro si, ahora es mucho menos que antes pero es muchísimo más que cualquier otra persona que no la fuma. Y lo digo con claridad que soy un jonky porque desde hace unos días siento que mi actitud, mi pecado está haciendo daño a personas cercanas a mi, personas que me quieren y personas que no me conocen pero que por ser como son me tienen en su mente y también, cosa extraña, en su corazón, personas realmente extraordinarias que dan su amor generosamente sin hacerse demasiadas preguntas acerca de si esta bien o no lo que hago, de si esta bien o no lo que hacen las personas a las que quieren. Y eso me produce desasosiego y sentimiento de culpa, por eso debo decir algo y por eso es la urgencia en decir algo ... Parece que fuese fácil dejar de hacer algo mal es como si lo inconveniente fuera algo sencillo de evitar, viéndolo desde fuera puede que lo sea, parece que solo es no hacerlo y ya esta, no parece que sea realmente complicado, no se hace y ¡ya!, mis amigos se enfadan conmigo y a veces incluso me dicen palabras tan duras que me hacen llorar, si ya se que me quieren, ya sé que no es esa su intención, claro que lo sé, aunque bien sé eso de quien te quiere te hará sufrir.
Es tremendamente duro para mi dejar este hábito, se que debo pagar un precio por dejarlo, un dolor físico casi inaguantable y lo retraso, lo dejo para después y sigo. Se sin ninguna duda que lo dejaré pero es casi más desgarrador que no se comprenda , ya sé que es natural que ocurra esto, dolor e incomprensión es una mezcla diabólica. Hay gente que puede que realmente sienta tristeza al leer estas letras y pensar en mi… y yo pienso, ¿qué pensaran? ¿Cómo me verán?, a veces me gustaría mostrarme a todos ellos tal cual soy y ver su reacción, ver sus ojos y sus caras, traducir sus gestos, eso si que daría para escribir toda una novela.
Se que hay gente que realmente pueden sufrir cuando ven ciertas miserias en los demás pero también sé y estoy seguro que aun no me he encontrado con nadie que supiese resolver esas miserias que ven. Todos dan su opinión todos dan su solucion que se les antoja la mejor, la definitiva para acabar con todas esas imcomprensibles miserias que ven y que se clavan en sus ojos. Pero no, no se acaba con ellas tan facilmente, no es así desgraciadamente, son ejercicios baldíos, todos sus consejos y sus enfados, todos sus gritos queriendo de corazón que acabe ese sufrimiento y que termine ese dolor que ven en el otro, parece que no sirven, parece que solo hace que la pena, el lloro y el dolor aumente más por el sentimiento de culpa que se crea en el que se quiere salvar, la impotencia se hace mas presente aún.
Pues entonces ... ¿qué?, ¿mejor es no hacer ni decir nada?…no lo sé, no sé contestar a esa pregunta.
Puede que no sepamos, o mejor que no podamos ayudar realmente al prójimo, puede que lo único que podamos hacer es permanecer a su lado callados, pues es la compañía lo que llena, es el saber que hay alguien a tu lado lo que aplaca el dolor, es una presencia lo que todo lo llena. El hecho de estar a disposición del dolor de mi prójimo puede que lo haga disminuir, simplemente por un concepto de cantidad, dos es más que uno…y ¿la calidad? ¿donde queda?, la calidad esta dentro del corazón de cada uno y esa no se ve y no se puede mostrar, yo sé que esta ahí con eso ya es suficiente. Creemos que podemos hacer algo por los demás y yo creo que no, solo podemos acompañarles en su desgracia después cada uno tendrá que pagar por lo que hace.
Estoy solo, nací solo y moriré solo ... ¿y que pasa con los demás?, los demás me acompañan solo me acompañan y eso que parece tan fácil es difícil de ver.
Todo son consejos, pero ¿Quién quiere consejos? Todo son buenas palabras pero ¿quien quiere buenas palabras? …lo que se quiere es compañía ver una figura humana a tu lado ver que la soledad puede mitigarse con otra cara cerca de ti, apretar una mano vale más que mil compasiones que mil buenas palabras que mil excelentes consejos. Una mirada que sea clara y sin obstáculos es pura medicina más que mil buenos medicamentos para la depresión.
Mi culpa es enorme abarcando toda la extensión de mi cerebro, la motivación para terminar con un hábito que me mata la encuentro al ver a los demás que me acompañan y que sufren conmigo a pesar de que ellos no hacen ese insensato hábito que yo hago. No se puede vivir sin los otros pero si se puede vivir en silencio solo acompañado por la presencia de tu amigo, eso es lo que vale, mirar a los ojos de la persona querida y no decir nada, no hace falta.
El amor es algo casi físico que uno se percata de que ronda alrededor, ¿hay que decirlo?, creo que no, ¿hay que decir, oye mira ese árbol? pues no, ya lo estoy viendo, gracias.
Hay que acariciar la mejilla de ese que nos hace sufrir con sus actos, solo eso, ya es suficiente....psssh! "No digas nada, por favor", "solo ven aquí, a mi lado", "así, ya está, no hace falta más".
Esto, solo esto es lo que quería decir y lo que la urgencia me hizo escribir, espero que no cause molestias en esas amorosas personas que me hacen tanta falta para vivir.
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