OM TARE TUTARE TURE SOHA

lunes, 8 de enero de 2007

La poesia

Erre que erre persisto incansable en mi equivocación. No parece que esté por venir el área de descanso para conductores cansados y con ojos semicerrados. Camino saturado de mi propio deseo y aún a pesar de que se me aparecen espejismos de camposantos repletos de lápidas con mi nombre así como esos que surgen en el horizonte de una recta carretera en día soleado justo en el borde del horizonte, persisto embriagado tirando de botella de licor de alta graduación de destilerías “el deseo”, un peligro para la circulación.

Cargado voy de mi
Veo delante
Muerte que me amenaza la jornada
Voy porfiando por la senda errada
Más de necio será ir de constante

Si por su mal me sigue ciega amante
(Ya que nunca sola es la suerte desdichada)
¡Ay! Vuelve en si y atrás; no des pisada
Donde la dio tan ciego caminante

Ved cuán errado mi camino ha sido
Cuán solo y triste, y cuan desordenado
Nunca así anduvo píe tan perdido

Pues, por no desandar lo caminado
Viendo delante y cerca el fin temido
Con pasos que otros huyen lo he buscado.

Mal ejemplo para otros, se me cae la cara de vergüenza. Puede que la única salida sea el mostrar que es posible frenar a tiempo.

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