¿Por qué?
A raíz de la aparición en los comentarios de este blog, sin pretenderlo, de una especie de debate, especie ya que no debate porque no sigue las reglas que lo definen, sobre la necesidad, supongo que artificial, de exponer a los ojos de los demás las opiniones particulares que se tienen acerca de las drogas , su consumo, experiencia con ellas y el mundo que las rodea, ha aparecido en mi la necesidad de dar a conocer mi opinión al respecto, entre otras cosas porque escribo acerca de ello y porque tristemente he adoptado un papel protagonista en ese mundo.
Al existir un puñado de sustancias en la naturaleza que alteran la conciencia del ser humano se ha creado todo un mundo alrededor de esas sustancias. No es solo actualmente, en este mundo del siglo XXI con el conocimiento no solo de las drogas naturales sino de esas otras que se han sintetizado en el laboratorio, aunque evidentemente salidas o creadas a partir de esas otras naturales que nacen en la tierra tal cual independientemente de la mano del hombre, sino que desde el principio de la historia se ha hablado de ellas y ha existido un fuerte debate a su alrededor. Hay muchas clasificaciones de las drogas, las dividimos de acuerdo a multitud de apartados, según su efecto, según su origen, según su legalidad, según su mecanismo de acción, según su destino dentro del organismo humano, según su precio, según su forma, color, sabor ….. Y más. No nos cansamos de dividirlas en un afán de conocerlas e incluso de llegar a dominarlas. Desde la más tierna infancia del ser humano en esta tierra, el hombre ha tratado con las drogas, las ha usado y ha creado todo un panteón de actitudes, pensamientos y ritos a su alrededor, unos más convincentes que otros, unos más usados a lo largo de la historia que otros, unos más efectivos que otros. Así ha sido a través del tiempo y en cada generación ha surgido un apartado dedicado a las drogas dentro del universo del ser humano. Y llegamos a la actualidad, a este tiempo del siglo XXI, con todo el bagaje anterior, con todo el conocimiento previo, mucho del cual se ha perdido y olvidado, pero siendo el actual también mucho.
La mente humana se siente cómoda cuando controla su medio ambiente, necesita controlarlo todo para sentirse segura y esta actitud se traslada al mundo de las drogas y es entonces cuando surge toda una galaxia de conocimiento que para manejarlo, usarlo, estudiarlo e informar a los demás se compartimentaliza, se define y se etiqueta, se hace para tener la sensación de que controlamos y dominamos a todo ese mundo de las drogas. Mucho más aún, sobre todo en la actualidad, se crean teorías acerca de su uso y de su legalidad, se vierten opiniones acerca de cualquier tema que afecte a ese mundo y surgen explicaciones muy elaboradas para, en definitiva, tranquilizar a la mente y que esta vea que todo esta en orden y bajo control.
Se llega a defender dichas teorías y conceptos hasta la paranoia, hasta el empleo de la violencia, se mata por defender la opinión que se tiene de cierta droga, de su uso, de su efecto y de su defensa o de su denostación. Se escribe sobre ellas, tratados, ensayos, formas de tomarla, poesía, novelas, ¿qué más? todo lo que usted quiera.
¿Puede haber algo más absurdo que todo esto?, al tratar de dominar el mundo de las drogas se crean todo tipo de ensayos, teorías, leyendas, ritos, etc. Tratamos de dominar su conocimiento por medio del “verbo”, es cierto que es la forma de comunicarnos que tenemos, pero no es válida para el mundo de las drogas, no hay palabras que puedan definir su efecto, uso y resultado. Y no lo hay por su naturaleza, las drogas o sustancias que entran dentro de esa categoría, pertenecen al mundo de la sensación o emoción, no al mundo de la razón.
Partiendo de lo que ya he dicho se puede, fácilmente, llegar a suponer que a través de la historia ha habido millones de personajes que han escrito sobre ellas, que las han usado y que, claro que sí, han sucumbido a su poder. De que me sirve a mi mencionar o escribir sobre todos esos personajes; “fulanito dijo esto” “menganito habló y explicó su experiencia acerca de esta droga” “el famosísimo zutanito en sus viajes vio, habló, tomó esta droga y lo explicó en este tratado” …. ¿es que yo doy la impresión en este blog de hablar sobre todo esto? ¿es que se me nota que acabo de leer este libro sobre la drogas y plagio lo que me conviene en este blog? ¿es que se ve que lo que pretendo es hacer una tesis sobre las drogas y explicarlo en este blog? ¿doy la impresión de ser un pedante hablando sobre drogas? . Es terriblemente fácil y sencillo hacer algo así, hablar de drogas citando a ciertos personajes, hablar de ellas adornándolo con citas, pasajes, historias y leyendas acerca de ellas, terriblemente fácil y sencillo ya digo, ¿y por qué?, pues porque esto de las drogas da mucho de sí y en cualquier librería o almoneda existen millares de libros acerca de ellas, solo hace falta leerse alguno o mejor aún copiar ciertos pasajes para hacernos creer que se tiene un conocimiento enciclopédico de ellas, que se tiene tal experiencia en su uso y abuso que no hay ser en la faz de la tierra que pueda llevarle la contraria.
Si, hay bastantes personajes que utilizan esta técnica, muchos desgraciadamente, y que pretenden hacernos creer lo que no son y lo que no conocen. Claro, hay personas que pueden llegar a creerse este teatro cómico o este engaño despiadado, personas inocentes por ignorantes que asombradas de la erudición del autor sucumben a sus malas artes . En este mundo llamado “blogocosa” existen tantos ejemplos que no son necesarios mencionarlos, para eso está “San Google” espejo en el que todos nos reflejamos y espejo en el que todos podemos llegar a vernos y a ver a estos personajes, hacerlo, investigarlo, merece la pena, se pasa un buen rato y se puede uno reír bastante.
Las drogas y su mundo, se puede decir taaanto de ellas, taaanto se puede escribir sobre ellas. Yo no pretendo hablar sobre drogas, primero porque no sé, segundo porque mejor que hablar sobre ellas es leer sobre ellas y tercero porque he llegado a una edad en la que todo eso ya lo hice (perdón por la pedantería), y como razón definitiva, yo no hablo de drogas yo hablo de la experiencia que tengo sobre ellas, una en concreto. Mi experiencia en la toma de otras drogas, que han sido un buen número de ellas, no la menciono, porque no viene al caso, porque cuando abrí este blog fue para algo determinado y concreto, para hablar de mi experiencia y sufrimiento con la heroína, ¿o debería decir con la dietilmorfina, sustancia descubierta en 1883 por .......?.
¿Qué significa escribir sobre la experiencia con la heroína? pues también hay millones de relatos sobre ello, de personajes muy famosos además, artistas, literatos, personajes que han dejado escrito su experiencia con esta droga en concreto para la posteridad y para que los leamos los demás y saquemos conclusiones si nuestra cabeza da para ello. Yo todos esos escritos que he leído en ninguno de ellos he visto el más mínimo ápice de comicidad o de alegría o de satisfacción, no en absoluto, todos ellos son desgarradoras historias tristes de adicción y consumo. Historias de travesías en desiertos llameantes de deseo, relatos de cadenas fuertemente atadas a la razón, de profundos pozos lúgubres de lisas y frías paredes, de llantos inconsolables, de dolor y desesperación. Unos descritos de forma bellísima y otros de manera tan real que se te trasmite el dolor a través de esas letras. No he leído ningún manuscrito, novela o poesía sobre ello que forzara la más leve sonrisa, ¿por qué? Pues porque si escribes sobre algo así, sobre esta adicción, trampa puesta por la vida, y eres sincero contigo y con el que te lee, no se puede ser capaz de engañarse a si mismo y lo que reflejas es el extremo dolor que estás padeciendo, no hay lugar para la risa ni siquiera para reírte de ti mismo, no hay lugar para el descanso.
Así es porque así se vive y padece, escribo sobre mi lucha contra la heroína, escribo relatos autocompasibles, anécdotas irrelevantes sin interés general, escribo pensamientos absurdos y patéticos, escribo peregrinos intentos de dejar la adicción que producen vergüenza ajena, escribo relatos con mala sintaxis, escribo sobre estúpidos esfuerzos por comprenderme, escribo historias ajenas que a nadie importan, escribo sobre momentos de absurda soledad bien merecida por ser incapaz de tomar ejemplo de vosotros, personas que no son adictas. Escribo sobre todo ello, son mis letras, nacidas de mis dedos y de mi mente, no doy para más, es poco, lo sé, es de lapidación merecida, lo sé, es de bofetón con ganas, lo sé, es, en definitiva, de “apaga y vamonos”. Pero a nadie obligo, es tan fácil pasar de largo, tan fácil de no abrir esta página, tan fácil de no leer nada de lo que está escrito en este blog, que quién proteste por lo que digo o juzgue lo que lee merece el doble de lo que se reserva para mi por escribir lo que escribo.
Seguiré intentando dejar mi adicción a la heroína y seguiré plasmándolo aquí en este blog, cuando llegue ese esperado momento en el que diga “si, lo he dejado, no tomo heroína desde hace….”, ese momento será cuando cierre este blog y me diga a mi mismo, “adiós estúpido ser que has perdido un tiempo precioso” y esos que se revuelven y les aparece prurito cuando leen mis letras descansarán en paz. Amén.
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