OM TARE TUTARE TURE SOHA

martes, 14 de junio de 2005

La Ausencia

Uno de los cinco componentes de lo que llamamos persona humana es la conciencia -también se llama consciencia-, si he dicho bien, cinco; forma física, Discriminación, Conciencia, Sensación y factores composicionales (es una especie de manojo de pensamientos hilados que conforma nuestro carácter). Todos tienen su representación en el cuerpo humano, todos tienen su concepto, su definición.
Hay cinco sentidos más otro más, la mente, que en total suman seis. Hay seis sentidos, uno de los cuales es la mente. La mente es igual a conciencia.

Pues bien, con todo el mundo que hablo, con todos los libros, o lo que sea, que leo, siempre destaca algo que me llama la atención. Creo no equivocarme cuando digo que el 99,9 % de las personas que son humanas, las otras no las cuento, creen que su mente les dice la verdad. Están convencidos, hasta llegar al martirio, de que su mente no se equivoca. Qué cuando hablan, lo están haciendo desde el púlpito de la verdad más absoluta. Y si, puede que tengan razón, para cada uno, para mi, lo que digo es la verdad.

Pero no, la mente esta formada por impresiones que yo mismo he vivido y de ellas conformo mi mente. No puedo tener la experiencia ni la opinión de otra persona, simplemente porque mi mente se ha alimentado de otras escenas. Una cosa es que , por falta de ganas de razonar, me adhiera a comentarios u opiniones que he oído por ahí. Y al final llegue a pensar que todos tenemos una misma forma de opinar y de razonar. Pero no.

Mi mente me engaña, lo está haciendo continuamente, trabaja, a veces, incluso sin necesidad de alimentarla. Mi conciencia empieza a pensar y no para, ¿de donde vienen esos pensamientos?. Todos nacen en mi. Yo represento la vida, yo veo y saco conclusiones, pero soy yo, es mi mente quien lo hace. ¿En que se agarra mi mente para pensar lo que piensa?, ¿en el exterior?, no, no creo, cuando estoy soñando mis sueños no vienen del exterior. Puede que haya un intercambio de pareceres entre mi mente y el exterior, pero no es todo, hay algo más.

Me parece que la vida es un vendaval de energía en el que el "yo" no tiene cabida. Creo que la mente nos engaña porque , al fin y al cabo, hablar del yo es hablar de mi mente, mi conciencia. Si no existe el yo no existe la mente en si misma, como una entidad permanente. Los pensamientos no van más allá de un cierto tiempo, la mente no va más allá de la muerte. Todo termina, acaba, me parece que no hay nada, absolutamente nada que sea permanente.
Por eso no llego a entender como es posible que me empeñe tanto en seguir una actitud que me está matando. Si ni siquiera este deseo dura, se agota en cuanto se satisface.

Creo que debería dejar de crear acciones dañinas hacía mi persona, porque en realidad a nadie estoy dañando, por eso es absurdo seguir con la misma cantinela.

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