Protagonistas

Hace más o menos un año, por estas fechas, iba unas dos veces al día al poblao gitano a comprar droga, heroína.
El que no haya hecho esto no puede comprender la clase de infierno en la que uno vive en esas circunstancias. No hay plan posible, no hay otra cosa que hacer, salvo conseguir una dosis. Una vez que la tienes ya es posible pensar en hacer otra cosa, aunque lo más probable es que no se haga porque o te quedes dormido o no puedas dar un paso por falta total de ganas.

Esta es la clase de vida que uno tiene cuando se es un Jonky apestoso. No hay objetivos, no hay proyectos, no hay metas qe cumplir, no hay vida, hay muerte y desesperación.

Hace unos escasos dos meses habitaba aún en esa irracionalidad, sin embargo me sometí a una desintoxicación ultrarrapida (así se llama), una desintoxicación letal que a punto estuve de no contar. No sé muy bien en que punto me encuentro, no sé si es historia ese comportamiento que me empujaba irremediablemente al abismo.
Es una lucha constante, minuto a minuto. Es la historia de la permanencia en un mundo de voluntad en el que no hay lugar para derrotarse. Es una lucha agotadora, es una supervivencia a la manera antigua, de aquellas épocas en las que no existían justificaciones artificiales.

Existen, como en toda película de terror, protagonistas, que iré presentando poco a poco, para mi escarnio, merecido por mi abandono de la dignidad. El primero es el que aparece en la foto, es un personaje principal, llegamos a intercambiar confidencias de tan seguido como nos veíamos. Ella pesaba el material, recibía mi dinero.
Tiene tantos años como 17, ya ha formado su propia familia, en sus brazos aparece.