Una salida
Desde mi ventana se ve un trozo de cielo, azul, limpio, sin nubes, parece un agujero que te lleva al infinito o no sé a donde. Es como mirar al fondo de un pozo sin fondo, azul intenso, sin nubes.
Ese trozo de cielo es un trozo de libertad, es un lugar por donde escapar. Mire a donde mire, con la cabeza en posición normal o bien hacía abajo veo personas, casas, coches, cosas, árboles, plantas, animales…pero solo hace falta elevar un poco la vista y ahí está, un trozo de cielo azul, azul marino, sin nubes.
Ese trozo me dice, “ven!!, ven Jody!!”. Lo escucho perfectamente, sin ruidos, claramente, me dice, “ven!!, escapa!!”.
Me perturba, porque pienso que es mi imaginación, me digo “pero qué loco estas Jody”. Pero no, lo oigo perfectamente, diciendo “ven!!, escapa!!”. Miro a otro lado, pienso en otra cosa, y vuelvo a mirar ese trozo de cielo limpio y oigo, “ven!!, sal!”
Y mirando ese trocito de cielo me paso las horas, escuchando esas pocas palabras, así paso los días, no hay nada que llame más mi atención que ese trozo azul intenso y metálico. ¿Dónde han ido las nubes?, no están, solo azul, azul y nada más.
El día que me decida a hacer caso a esa voz suave sin urgencia, sin acento, esa voz sugerente. El día que le haga caso, me iré.
¿Qué puede haber más allá? ¿importa?. Siempre he buscado una pareja que me entienda, siempre he buscado un trozo de felicidad, he ocupado mi tiempo en satisfacer mis deseos. He conocido gente con la pretensión de sentirme acompañado, escapo de la soledad cuando estoy triste….
Pero si un día me decido a irme por ese trozo de cielo, ese día será marcado en el calendario de mi vida como el día de la partida, el día en que dejé todo detrás de mi, sin remordimientos, sin mirar, sin dar la vuelta a mi cabeza, será el día marcado con la equis de fin. Jody se fue por un trozo de cielo azul, pequeño, pero tan limpio e intenso que brillaba tanto que era difícil mirar y no apartar la vista.
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