La Madre de todas las cosas
El tiempo ya no es como en la época de Newton y su física, algo inmutable, medible, constante. Es otra cosa, el tiempo, desde la teoría de la relatividad ya no es así, ahora es algo subjetivo, está en función del movimiento, el cuerpo físico que lo experimenta y la energía que se gasta en ello.
Ahora el tiempo no se puede medir como si tal, es una apreciación subjetiva. El universo no es plano, no, es curvo y según viajas a su través el tiempo se contrae, disminuye. ¿Entonces que puedo decir yo sobre todo un mes, 31 días, ¿es un periodo largo? ¿tendré que estar orgulloso por haber pasado ese tiempo que no sé como interpretarlo sin fumar heroína?. Si, así es, 31 días jodido, 744 horas, 44640 minutos y muchos más segundos jodido. Sin embargo orgulloso de haber podido tener la mente en otras historias. Dos cosas me han ayudado, una estar fuera de mi medio ambiente, ahora todo se relaciona con el “medio ambiente”, y dos; la metadona, la reina de la Administración y de la lucha contra la drogadicción. Hay una tercera, de momento me la cayo, es una tercera muy personal y si la digo puede que traicione a mi discreción.
No es fácil estar “limpio” porque no lo estas, la heroína tarda más de dos años en desaparecer del tejido graso, tarda meses en desaparecer de los pulmones y la recuperación de los receptores de las endorfinas están descalabrados, ausentes, tienen que crearse de nuevo y no es cosa fácil y de un corto periodo de tiempo. Luego, no es nada fácil permanecer sin tomar heroína, el cuerpo, los huesos principalmente, te duelen y protestan a cualquier movimiento que los sometas. Permaneces aquejado de cansancio crónico, ya puede ser la más pequeña de las tareas físicas mi cuerpo, mis músculos están cansados y luchan contra la fuerza de la gravedad como si les llevara la vida en ello. Y tampoco es solo cosa física, está la mente, diciéndote a cada segundo;
“Pero, chico, ¿eres gilipollas o que?, ¿no ves como estás como te encuentras de mal?, si no hay nada más que darte un paseo por la plaza que tienes enfrente de tu casa para encontrar al camello y que te de una dosis, solo una dosis, eso si. Pero ¿por qué te aguantas?, anda ve.”
Todo el rato, sin descanso, mi mente me habla, trata de convencerme de que es inútil resistir porque acabaré claudicando, me conoce. Yo a mi mente no la conozco, pero ella a mi si que me conoce y muy bien además.
No, no es nada fácil el permanecer como una persona normal y no ser un “puto jonky”, sobre todo en esos laaargos periodos en los que no haces nada.
No me importa, yo seguiré a lo mío, quiero ser normal, un ciudadano ejemplar, un paseante desapercibido, uno que no da problemas, un adaptado … Todo lo que no he sido durante gran parte de mi vida, ahora quiero serlo. A mi me gusta cambiar, no ser siempre el mismo, supongo que como a todo el mundo, lo que pasa es que es muy difícil cambiar. Pero yo estoy dispuesto, lo he jurado en mi fuero interno, no puedo traicionarme, no, no puedo, ni quiero. Por mi, por los que me rodean, por los que no conozco, por todos. Es bueno cambiar de vez en cuando, no se puede llegar a ser un fósil, que no cambia nunca, se debe ser como el agua que cambia de acuerdo a su recipiente. Cambiar todo el rato, ir hacía la madre de todas las cosas: La Mar.
|